El director valora muy positivamente la entrada del Ayuntamiento de Barcelona en la entidad
Barcelona (EFE).- El director del Institut Ramon Llull, Vicenç Villatoro, valora muy positivamente, en una entrevista con Efe, la entrada del Ayuntamiento de Barcelona en la entidad, porque la “marca Barcelona es extraordinaria y abre muchas puertas”, dado su “fantástico” posicionamiento internacional.
“La entrada de Barcelona en el Institut significa, en términos culturales, poder gestionar a la vez la marca Barcelona y la marca Catalunya en el mundo y la marca Barcelona es de una potencia extraordinaria, que te abre muchas puertas, pero la marca Catalunya, o el grueso de la producción cultural catalana, también es muy fuerte. Con ello ganamos los dos”, apostilla.
A su juicio, el Ayuntamiento barcelonés aprovecha un buen instrumento como es el Llull, “y el Llull y la cultura catalana aprovecha una cosa fantástica que es el posicionamiento de Barcelona en el mundo, y no en contraposición a Catalunya, sino en coordinación”.
La presencia del Ayuntamiento en la institución comporta, asimismo, que a partir del día 1 de octubre el Llull se instale en el modernista palacio Baró de Quadras, anterior sede de Casa Asia, lo que le supondrá un ahorro, puesto que ahora se encuentra en unas instalaciones alquiladas y las nuevas oficinas son una cesión municipal.
Vicenç Villatoro desmiente, por otra parte, que el Ayuntamiento barcelonés haya salido “en rescate” de la Generalitat, “porque el Llull tiene su presupuesto y no significa que el ayuntamiento deba poner más recursos”.
Además, recuerda que es una operación que ya ha permitido que, en el caso de la Feria del Libro de París de este año, “se invite a la ciudad de Barcelona, pero por esa puerta entre la cultura catalana, yendo además autores baleares porque escriben en la lengua de Barcelona, pero también autores en castellano porque escriben en la lengua de Barcelona y desde Barcelona”.
“Esto -proclama Villatoro- es el final de la ‘guerra fría’. En este país, y la culpa debe ser de todos, hubo una época, sobre todo en el ámbito cultural, bipolar, en la que si se hablaba del modernismo de Barcelona se decía ‘esto debe ser socialista’, y si se hablaba del modernismo en Catalunya, se decía ‘estos deben ser convergentes”.
A su juicio, esta lógica ya ha caducado y no únicamente porque Convergencia gobierne en ambos lados de la plaza de Sant Jaume. “Con el president Maragall ya empezaba a caducar. Ahora ya no va y se podría mantener fueran cuáles fueran los colores en la plaza de Sant Jaume. La guerra fría ha caducado como concepto”, concluye.
Respecto a si el debate soberanista tiene alguna incidencia en la difusión de la cultura catalana en el exterior, Vicenç Villatoro dice que “la sensación es que cualquier factor de visibilidad exterior de Catalunya, que va desde el Barça hasta el proceso político, aumenta el interés por su cultura”.
En su opinión, “si Catalunya está presente en los medios de comunicación, si tiene visibilidad, aumenta la curiosidad por lo que está en el fundamento de esto, que es la cultura”.
Preguntado por la marcha del Institut del gobierno de Baleares, Villatoro lo lamenta y asevera que ahora se trata “de una institución estrictamente catalana y esto es un problema visto desde los factores fundacionales, porque nació con la intención de proyectar el conjunto de la cultura catalana en el exterior y conseguir cierta circulación interna dentro de los territorios de habla catalana, sin ningún componente político”.
Para el director del centro, el balance del Llull en el primer caso, el de la proyección exterior, “es muy bueno en diez años, pero en el segundo caso no, porque nos hemos quedado solos; por tanto, alguna cosa deberíamos intentar hacer muy despolitizada para que entre todos los territorios que comparten una lengua pudiera haber circulación de producción”.
Tampoco rehuye las cuestiones sobre la lengua y lo que ha ocurrido en Aragón con el denominado Lapao. “A nosotros no nos toca hacer declaraciones solemnes de unidad, lo que nos toca es trabajar sobre toda la producción literaria de manera única y, en este sentido, no tenemos ningún problema”.
Notícia extreta de:
La Vanguardia